El topico de la muerte en Alejandra Pizarnik

El tópico de la muerte en Alejandra Pizarnik

Hola amigo/a! Hoy estaré hablando de una autora muy importante de la literatura argentina desde una temática muy presente en sus letras: la muerte. Para ser más específia: el tópico de la muerte en Alejandra Pizarnik.

Desde dónde abordaré el tópico de la muerte en Alejandra Pizarnik…

Lo abordaré desde el escritor Alberto Granados (2013) quien, en su libro digital Cabos sueltos (2013), desarrolla varios puntos acerca de esta temática dentro de la literatura. Entre ellos, dos puntos se corresponden con la poesía de Pizarnik seleccionada para este escrito por lo que a lo largo del desarrollo se podrá observar dicha relación.

El tópico de la muerte en Alejandra Pizarnik. Vida y estilo:

De acuerdo con Cervantes Virtual esta autora nació un 29 de abril de 1936. Su verdadero nombre fue Flora Alexandra Pizarnik -pero, afirma el periodista Martín Prieto (2006), ella misma con el tiempo se nombró simplemente Alejandra-.

Pizarnik, que además de escribir poesía escribió algunos cuentos cortos y una obra de teatro, poseía cierto sentimiento de extranjería, afirma la doctora en letras Virginia Moratiel (2017),  que se incrementaba sobre todo porque su español tenía un acento europeo ya que sus raíces eran ruso-judías.

A esto, sostiene Moratiel (2017), se le suman ciertos complejos que tenía de acuerdo a algunos problemas de salud y a algunas condiciones físicas que acrecentaban ese sentimiento de ser diferente y, por ende, también su disconformidad con la sociedad. Como consecuencia comenzó a tomar somníferos, anfetaminas y analgésicos así como también un deseo suicida comenzó a crecer en su interior.

Publicación en diarios:

Sobre muchas de estas situaciones, declara la escritora Nora Catelli (2004), entre 1954 y 1972 escribió en diarios de manera muy frecuente y en ellos se puede ver su dificultad para expresarse al mundo.

Esta autora también afirma que en la literatura de Pizarnik se puede observar, de manera paralela y progresiva, un ascenso en el sufrimiento y un descenso hacia su interior, prácticamente, “abandonando” el mundo real y dejando ver, cada vez más acentuado, el tema de la muerte -que es lo que aquí concierne-.

En relación a esto, la profesora e investigadora independiente, Patricia Venti (2007)  afirma que la escritura de esta autora, luego de la segunda mitad de los sesenta, comenzó a ser autobiográfica “las páginas escritas día tras día, se pueden considerar una especie de novela sin otro hilo argumental que el pensamiento” (Venti. 2007).

El surrealismo presente:

Prieto (2006) declara que el estilo de la autora fue surrealista. El surrealismo, de acuerdo con el poeta y ensayista rumano Tristán Tzara -citado por el pedagogo y magister Osvaldo Ulloa Sánchez (s/d)-, fue una corriente que nació del dadaísmo que proponía destruir el arte era un movimiento rupturista.

El tópico de la muerte en Alejandra Pizarnik :

A la temática de la muerte, la encontré en Pizarnik -y coincidiendo con Granados (2013)- como efecto de un deseo; es decir,  fruto del agotamiento de la vida: “¿para qué tanta vida?” (Pizarnik. La ultima inocencia. 1956); “no más fila para morir” (Pizarnik. La ultima inocencia. 1956).

Otro punto que consideré coincide con lo planteado por Granados es el de la muerte como producto de “autodestrucción y suicidio” que, según este autor, dicha autodeterminación fue una posición estética en el romanticismo así como también una moda por la que pasaron muchos escritores -entre ellos Pizarnik que terminó con su vida con una sobredosis de Seconal-.

Habrá quienes considerarán que la autora temía a sus deseos suicidas ya que varios poemas hablan del miedo:

Canto

el tiempo tiene miedo

el miedo tiene tiempo

el miedo

 

pasea por mi sangre

arranca mis mejores frutos

devasta mi lastimosa muralla (…)

 (Pizarnik. La ultima inocencia. 1956)


…Mi pensamiento sobre el tópico de la muerte en Alejandra Pizarnik…

Pienso, basándome sobre todo en las líneas de su carta a Ostrov, que cuando habla de miedo se refiere a la vida y a todo lo que es parte de la misma (leyes, sociedad, religión, etc.) pues en aquel fragmento -citado en el epígrafe- afirma no tener miedo de morir sino de este mundo que lo sentía “ajeno” y “agresivo”.

Es así que, para entrar de lleno con el tópico de la muerte en Alejandra Pizarnik , de manera temporal-progresiva fui analizando cada uno de los poemas seleccionados para este trabajo.

Análisis en concreto

Los dos primeros libros de Pizarnik fueron publicados en 1955. El primero se tituló  La tierra más ajena y fue el único firmado bajo el nombre de “Flora”. Entre sus poemas pude observar cierta “variedad” de temas. De él, rescaté Puerto adelante que habla de un puerto y un amor que ve partir -y que líneas más adelante desarrollaré la razón por la que lo menciono-.

El segundo libro publicado por la autora fue Un signo en tu sombra; y en él encontré una Pizarnik enamorada ya que cada poema habla de un amor por el que sufre.

Es decir, sus dos primeras publicaciones parecerían estar más bien abocadas con temas amorosos y consideré importante mencionarlas ya que en su tercer libro, La última inocencia (1956), -dedicado a León Ostrov- pude ver un cambio radical: allí aparecen expresados deseos de morir muy acentuados, al parecer, provenientes de sufrimientos afectivos que, desde mi punto de vista, podrían estar relacionadas con las pesadumbres expresadas en sus publicaciones anteriores.

Un ejemplo es el poema La enamorada en el que hay cierta tristeza presente ya que, aparentemente, un amor suyo partió al mar:

 

(…) oyes la demente sirena que lo robó

el barco con barbas de espuma

donde murieron las risas

recuerdas el último abrazo (…)

(Pizarnik. La ultima inocencia. 1956)

 

En este poema encontré conexión con Puerto adelante (1955) ya que consideré que en La enamorada (1956) se completa la historia del mismo. En el poema mencionado -perteneciente al primer libro de la autora-, si bien, en ningún momento se indica que su amor partió en un barco, pienso que, por el contexto, aquel hombre que aparece nombrado era un marinero que a ella, antes de zarpar, le dejó un colgante con un dije de ancla que era de él:

 

Puerto adelante

Noche tibia sensación placentera. Los sones abstractos de las vías colmaban sus oídos eufóricos. Pensaba en el puerto que veía tan seguido… puerto de colores impresionistas y hombres sucios de brazos mojados y brillosos y vello crecido y húmedo. Hombres impasibles a la lejanía maravillosa, al cielo entre los barcos, al paisaje de conjunto, al suelo atiborrado de objetos de lugares remotos como pedazos de mundo en el melancólico corazón de un mar…
Sí. Hundirse una noche en las calles del puerto. Caminar, caminar… Sí. Sola. Siempre sola. Lenta, muy lentamente. Y el aire estará enrarecido, será un aire cosmopolita y el suelo lleno de papeles de cigarrillos que alguna vez existieron, blancos y hermosos.
Sí. Se seguirá caminando. Hundirse, oscuridad, caminar…
Sí. Y una estrella dará su color al ancla de plata que llevaba en su pecho. Tirar el ancla. Sí. Muy junto a ese barco gigante de rayas rojas y blancas y verdes…irse, y no volver.
(Pizarnik. La tierra más ajena. 1955).

En cuanto al tópico de la muerte, volviendo al poema La enamorada (1956), puedo decir que aquí es una de las primeras veces que pude ver el mismo manifestado en la escritura de la autora ya que habla del vivir como si fuese un capricho: “(…) manía de vivir (…)” (Pizarnik. La ultima inocencia. 1956).

En el poema Salvación (Pizarnik. La ultima inocencia. 1956), parecería afirmar que descubrió el suicidio como opción posible: “(…) la muchacha halla la máscara del infinito (…)” (Pizarnik. La ultima inocencia. 1956).

De igual manera en el poema Siempre (Pizarnik. La ultima inocencia. 1956) parecería referirse a la muerte pero de una manera más acentuada ya que la califica como una “(…) dulce morada para tanto cansancio (…)” (Pizarnik. La ultima inocencia. 1956). En relación a esto Paola Calahorrano (2010) afirma que Pizarnik trata el tema de la muerte y el suicidio de manera obsesiva a tal punto que compara la muerte con lo placentero:

 

“su cuerpo no aparece en el texto de forma tradicional, sino que apela a recursos poéticos que hacen de la palabra y de ella misma un símbolo sexual; su cuerpo son sus letras mismas y la muerte es su placer. Su sexo roza lo parafílico porque la muerte siempre está implícita”. (Calahorrano. 2010).

 

Otros ejemplos, de este tercer libro, en que pude ver el deseo de morir son en Noche (1956) y La última inocencia (1956). En el primero mencionado queda evidente su deseo por la muerte ya que a Dios cuestiona la vida que dice ser mucha y se queja de sentir lejos el momento de morir de manera natural:

 

(…) La muerte está lejana. No me mira.

¡Tanta vida, Señor!

¿Para qué tanta vida? (…)

(Pizarnik. La ultima inocencia. 1956)

 

En el segundo afirma que se va, que ya no necesita esperar la muerte lo que da a entender -por lo menos a mí- que la buscará por su cuenta:

 

(…) He de partir

no más inercia bajo el sol

no más sangre anonadada

no más fila para morir (…) 

(Pizarnik. La última inocencia. 1956)

 

Pero en este libro no solo encontré el tema de la muerte de manera recurrente sino que también pude observar cierta confusión entre querer morir o querer vivir. En Balada de la piedra que llora (1956), por ejemplo:

 

la muerte se muere de risa pero la vida

se muere de llanto pero la muerte pero la vida

pero nada nada nada

(Pizarnik. La ultima inocencia. 1956)

 

O en  La de los ojos abiertos (Pizarnik. La ultima inocencia. 1956) que reza así:

 

(…) mi corazón

abre la ventana

vida

aquí estoy

mi vida

mi sola y aterida sangre

percute en el mundo

pero quiero saberme viva

pero no quiero hablar

de la muerte

ni de sus extrañas manos.

(Pizarnik. La ultima inocencia. 1956)

 

En el quinto y libros subsiguientes pude ver que el tema de la muerte se sigue manifestando de manera gradual cada vez más intensa y decidida:

Árbol de diana  (1962) fue el mejor de la autora ya que le dio la posibilidad de hacerse conocida en toda Latinoamérica afirma Martin Prieto (2006). Prieto (2006) además alega: “Sustentada tanto en su carácter de novedad como en su imprevista función de despertador de conciencias libertarias, no en proyección política sino en el más serpenteado campo de la intimidad.” (Prieto 2006). En este libro hallé poemas muy cortos que no tienen nombre sino solo números. De acuerdo a mi análisis el tema de la muerte cesa un poco pero sigue estando presente de una manera sutil. Un ejemplo es el poema 33 de esta publicación en donde vuelve a un tema presente en poemas anteriores; el de irse:

 

33

alguna vez

              alguna vez tal vez

me iré sin quedarme

              me iré como quien se va

A Ester Singer

(Pizarnik. Árbol de diana. 1962)

 

En Los trabajos y las noches (1965) el tema de la muerte aparece remarcado, decidido y concreto. El titulo lo anticipa: sus próximos días serán en la oscuridad y en el desarrollo del poema se menciona todo en relación al luto, al velorio y al entierro.

 

Sombras de los dias a venir:

a Ivonne A. Bordelois

Mañana

me vestirán con cenizas al alba,

me llenarán la boca de flores.

Aprenderé a dormir

en la memoria de un muro,

en la respiración de un animal que sueña.

(Pizarnik. Los trabajos y las noches. 1965)

 

En el libro Extracción de la piedra de locura (1968) hay un poema llamado Desfundación (1968) en el que pude ver la muerte acechándola: una puerta siendo forcejeada por una sombra que al parecer es su infancia (muerta) llamándola:

Desfundación 

Alguien quiso abrir alguna puerta. Duelen sus manos aferradas a su prisión de huesos de mal agüero.

Toda la noche ha forcejeado con su nueva sombra. Llovió adentro de la madrugada y martillaban con lloronas.

La infancia implora desde mis noches de cripta.

La música emite colores ingenuos.

Grises pájaros en el amanecer son a la ventana cerrada lo que a mis males mi poema.

(Pizarnik. Extracción de la piedra de locura. 1968)

 

En relación a esto, y tal como relata la autora Josefa fuentes Gómez (2007), Pizarnik tenía como idea que vida y literatura iban de la mano lo que no le permitía aceptar el paso del tiempo: “la infancia entra a formar parte del hecho poético como si se tratara de una luz radiante y cegadora, cuya añoranza y recuerdo van a configurar un perfil terriblemente sombrío y oscuro” (Fuentes Gómez. 2007).

En el Octavo libro publicado en 1969 titulado Nombres y figuras pude ver que le dedica palabras a las flores que morirán acompañándola en su tumba:

En la oscuridad abierta

Si la más pequeña muerte exige una canción debo cantar a las que fueron lilas que por acompañarme silenciaron sus fuegos cuando una sombra configurada por mi lamento se refugió entre sus sombras.

(Pizarnik. Nombres y figuras. 1969)

 

En Los pequeños cantos (1971) observé que, como en todo su trabajo literario, la autora buscaba refugio en la poesía. Sin embargo, esta vez en el poema VII (1971) de dicho libro su sufrimiento parecería haber aumentado  por lo que se pide a sí misma incrementar la escritura para poder cubrir su dolor, su tristeza y su depresión:

VII

Creces en la oscuridad como una ahogada.

Oh cubre con más cantos la fisura, la

hendidura, la desgarradura.

(Pizarnik. Los pequeños cantos. 1971)

 

En ese mismo año, afirma la escritora y periodista Nuria Labari, Alejandra en su diario expresa: “Aparentemente es el final. Quiero morir. Lo quiero con seriedad, con vocación íntegra” (Pizarnik. 1971). Un año después se suicida y, de ese mismo año, hay un poema que se titula: La noche soy yo y hemos perdido (1972) perteneciente al libro Textos de sombra (1972) que posee un compilado de la autora de distintos años.

 

La noche soy y hemos perdido.

Así hablo yo, cobardes.

La noche ha caído y ya se ha pensado en todo

(Pizarnik. Textos de sombra. 1972)

 

Pienso que al hablar de que “ha perdido con la noche” ya había dejado de tener esa discusión interna entre vivir y morir con la que vacilaba y, por ello, “(…) ya se ha pensado en todo (…)” (Pizarnik. Textos de sombra. 1972); es decir, se decidió por la muerte.

Es enriquecedor leer la poesía de Pizarnik de manera cronológica ya que desde esa perspectiva se puede ver una progresión de decisiones que va reafirmando, ideas que van creciendo y que, en su conjunto, se resumen a una sola cosa: morir.

Ese deseo, probablemente, pudo haber tenido muchas raíces pero creo que una de ellas fue el sufrimiento amoroso -sobre todo teniendo en cuenta que su escritura pudo haber sido bajo la veta autobiográfica-.

Sin embargo también creo que, hacia los últimos años de su escritura, si en algún momento parece hablar de amor ya no se trata de un amor por alguien sino por algo; es decir por la muerte. Esto último lo pienso porque, tal como desarrollé anteriormente desde Calahorrano (2010), llegó un momento en su escritura en que demostró tener deseos obsesivos por la misma.

Bueno bella/o lector/a, hasta aquí el día de hoy! Espero que te haya gustado!

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Comenta, ¿conocías a esta autora? qué te ha parecido El tópico de la muerte en Alejandra Pizarnik?

Hasta el próximo blog!

Bye, bye! Alejandra Candela.

 

Bibliografía para El tópico de la muerte en Alejandra Pizarnik:

-Becciú Ana. Poesía completa de Alejandra Pizarnik. Colección. Editorial Lumen. Cuarta edición. Septiembre 2005.

-Calahorrano Paola. Cuerpo y muerte: la sexualidad que exhala Alejandra Pizarnik a través de la muerte deseada. The University of Arizona. Divergencias. Revista de estudios lingüísticos y literarios. Volumen 8, Número 2 – Sección Especial – 2010 – Selected Proceedings of the Twentieth Annual Symposium on Hispanic and Luso-Brazilian Literature, Language and Culture. Consultado online. URL: https://divergencias.arizona.edu/sites/divergencias.arizona.edu/files/articles/CalahorranoPizarnik.pdf

-Catelli, Nora (2004): “La veta autobiográfica. Norah Lange, María Rosa Oliver, Victoria Ocampo, Alejandra Pizarnik” en Historia de la literatura Argentina  Tomo 9. El oficio se afirma.  Director del volumen: Sylvia Saítta, Buenos Aires, Emecé.

-Centro Virtual Cervantes. Alejandra Pizarnik. Biografía Literaria. Consultado online. URL: https://cvc.cervantes.es/literatura/escritores/pizarnik/biografia.htm

-Fuentes Gómez Josefa. El surrealismo en Alejandra Pizarnik. s/d. consultado online. URL: http://webcache.googleusercontent.com/search?q=cache:zDQQ1esyXewJ:www.tonosdigital.com/ojs/index.php/tonos/article/download/64/62+&cd=1&hl=es&ct=clnk&gl=ar

-Granados Alberto. La muerte en la literatura. 2013. Consultado online. URL: https://albertogranados.wordpress.com/2013/01/23/la-muerte-en-la-literatura/

-Luaces Marta      López. Los discursos poéticos en la obra de Alejandra Pizarnik. s/d. Biblioteca virtual universal. Consultado online. URL: https://www.biblioteca.org.ar/libros/151955.pdf

-Moratiel Virginia. Cuando la muerte araña el alma. Alejandra Pizarnik. 2017. Publicado online. URL: https://elvuelodelalechuza.com/2017/12/03/cuando-la-muerte-arana-el-alma-alejandra-pizarnik/

-Prieto Martin. Breve historia de la literatura argentina. Taurus 2006. Buenos Aires. Pág 378 a 380.

-S/d. Historia de la literatura argentina. Los contemporáneos. Centro editor de américa latina. 1968. Argentina.

-S/d. León Ostrov, psicoanalista de Alejandra Pizarnik, escribe: “Hace veinticinco años…” en Interlitq. Posted in Argentina, Authors, Interlitq, Poetry, The International Literary Quarterly, Writing, www.interlitq.wordpress.comTagged Psychoanalysis. Consultado online. URL: http://interlitq.org/blog/2017/12/10/leon-ostrov-psicoanalista-de-alejandra-pizarnik-escribe-hace-veinticinco-anos/

-Solves Hebe. El discurso autobiográfico en la obra de Alejandra Pizarnik. Creación: Patricia Venti, profesora e investigadora independiente.
Publicado en Grafemas diciembre 2007. Consultado online. URL: http://otrospretextos.blogspot.com/2008/02/el-discurso-autobiogrfico-en-la-obra-de.html?m=1

-Torres Gutierrez Carlos Luis. Alejandra Pizarnik. 2004. Espéculo. Revista de estudios literarios. Universidad Complutense de Madrid. Consultado online. URL: https://webs.ucm.es/info/especulo/numero28/alepizar.html

-Ulloa Sánchez Osvaldo. Surrealismo. Solo lo maravilloso es bello. s/d. consultado online. URL: http://www.poesias.cl/reportaje_surrealismo.htm.

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